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Nápoles (en italiano, Napoli [ˈnaːpoli] ; en napolitano Napule [ˈnɑːpələ]) es la ciudad más poblada del sur de Italia, capital de la Ciudad metropolitana homónima y de la región de Campania. Es el tercer municipio italiano por población, teniendo 955 428 habitantes que, unidos a los de la Ciudad metropolitana, se elevan a más de tres millones.[2] Está situada a medio camino entre el Vesubio y otra área volcánica, los Campos Flégreos, dando nombre al golfo a cuyas orillas se asienta.
Fundada por los cumanos en el siglo VIII a. C., fue una floreciente polis de la Magna Grecia[3] y luego importante ciudad romana hasta la caída del Imperio. A partir de la Edad Media, se convirtió en capital de un ducado autónomo bizantino, del Reino de Nápoles bajo diferentes dinastías y, finalmente, del Reino de las Dos Sicilias bajo una rama local de los Borbones hasta la Unificación de Italia.[4] En el siglo XX, durante la etapa fascista y en la reconstrucción subsiguiente a la Segunda Guerra Mundial, se edificó gran parte de la periferia. En las últimas décadas, Nápoles se ha dotado de un distrito financiero con rascacielos, el llamado Centro Direzionale di Napoli, e infraestructuras como el tren de alta velocidad hacia Roma y Salerno, además de contar con una red de metro en proceso de expansión.
Tiene una enorme riqueza histórica, artística, cultural y gastronómica, lo que llevó a la Unesco a declarar su centro histórico[5] Patrimonio de la Humanidad.[6] Además, en 1997 el Miglio d'oro, que atraviesa los barrios orientales de Nápoles, fue declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco.[7]
Sede de la universidad laica y estatal más antigua del mundo,[8] fue entre los protagonistas del Humanismo[9] y de la Ilustración.[10] La ciudad dio origen a una escuela musical propia,[11] a una canción de fama mundial y una forma distintiva de teatro;[12] en ella se desarrollaron movimientos arquitectónicos y pictóricos originales, como el Renacimiento napolitano,[13] el barroco napolitano,[14] el caravaggismo,[15] la escuela de Posillipo[16] y el Liberty napolitano,[17] además de artes menores como la porcelana de Capodimonte[18] o el pesebre napolitano.[19] Su peculiar tradición culinaria incluye alimentos que asumen un papel de ícono global, como la pizza napolitana;[20] el arte de sus pizzaioli fue declarada Patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad por la Unesco.[21]